martes, 1 de mayo de 2012

El día de mi muerte

El día de mi muerte
dejaré de preocuparme
por los recortes
en sanidad y en educación.
Tampoco me importará
que los inmigrantes irregulares
se queden sin cobertura médica,
ni que los pensionistas
tengan que pagar una parte
de sus recetas médicas.
El día de mi muerte
voy a dejar de pensar
en la subida de los impuestos
y, desde luego,
dejará de obsesionarme
la reforma laboral.
El día de mi muerte
me olvidaré de la crisis,
el paro, la recesión
y los ajustes económicos
que exigen los mercados europeos.
El día de mi muerte
ya no me sentiré más indignado
ni saldré a manifestarme
a la calle y, por fin,
podré descansar en paz.